miércoles, 1 de diciembre de 2010

TODO SOBRE LAS INYECCIONES INTRACAVERNOSAS

Este método terapéutico para la disfunción eréctil, nació al principio de los 80 con la papaverina, droga que aun hoy sigue siendo utilizada dada su eficacia.

Con el correr de los años, fueron estudiadas distintas sustancias quedándonos en la actualidad solo con tres de ellas; la papaverina, la prostaglandina y la fentolamina.

Estas drogas se utilizan en forma individual o combinadas, dos o tres, según la respuesta eréctil que se logre.

Hasta el año 1998, solamente era posible el tratamiento mediante las inyecciones intracavernosas (IIC) u otros medios como el MUSE de alprostadil, las bombas de erección (raras en nuestro medio) o las prótesis penianas, en general de alto costo.

Desde ese año al aparecer en el mercado el SILDENAFIL, como primer fármaco por vía oral, las IIC quedaron relegadas a aquellos pacientes que no respondían a los fármacos orales.

A posteriori aparecieron el VARDENAFIL y el TADALAFIL con una acción muy similar a la del sildenafil pero con algo más de especificidad.

A lo largo de los años, aquellos que nos hemos dedicado exclusivamente al tratamiento de la sexualidad masculina, tanto en URUGUAY como en el resto del mundo, fuimos viendo que el efecto de los fármacos vía oral, decae con el correr del tiempo en relación con el grado de afección vascular. Es así que pacientes que durante un tiempo responden muy bien a la vía oral, luego deben aumentar la dosis para lograr la misma respuesta y a veces ésta, no es lo que solía ser.

También vemos que en el paciente diabético, el efecto de los fármacos por vía oral varía enormemente con los niveles de azúcar en sangre. A mayor glucemia, menor efecto erectógeno del fármaco.

Independientemente de la causa de una disfunción eréctil, si los fármacos vía oral están indicados, es la primera línea de ataque con la que contamos.

Cuando estos fármacos están contraindicados o no son efectivos, la segunda línea de ataque son las IIC.

Estas inyecciones tienen un altísimo porcentaje de efectividad, mucho mayor que el de la vía oral.

La ventaja es que su acción se realiza directamente en el cuerpo cavernoso del pene con lo que se evita el pasaje por el filtro hepático y la degradación en metabolitos que este órgano realiza.

Por esa razón también es que su acción además de ser más eficaz, es también más rápida.

Las IIC están indicadas en todos los casos de disfunción eréctil en donde no hubo respuesta a los fármacos vía oral.

Esto incluye no solo a los pacientes portadores de cuadros orgánicos sino también a los pacientes con un origen puramente sicológico pero que son refractarios a drogas orales.

Un beneficio indirecto que las IIC producen es una potenciación del efecto de los fármacos orales e incluso, logran que pacientes que han perdido la respuesta a ellos, la recuperen por lo menos en parte.

Es muy común y muchas veces muy necesario, que el paciente aprenda a inyectarse ya que eso le genera una independencia de la atención medica.

Las contraindicaciones de las IIC por suerte son muy escasas.

Las mismas no se pueden utilizar en caso de que exista una lesión de carácter inflamatorio o infeccioso en el pene. En ese caso se deberá solucionar esa patología primero. También se contraindican en el caso de trastornos muy graves de la coagulación. El uso de anticoagulantes no impide el uso de las IIC, simplemente se debe tener la precaución de ejercer una buena compresión luego de retirar la aguja.

Están contraindicadas en su modalidad de auto- aplicación cuando el paciente es portador de afecciones que causen priapismos espontáneos ya que en esos casos es posible que la IIC agrave el problema.

Los cuadros siquiátricos severos también pueden llegar a ser una contraindicación pues no sabemos cómo ni en que circunstancia, el paciente va a autoaplicarse.

La aceptación o no de esta forma de tratamiento es lo que marca la diferencia entre el paciente con motivación adecuada de aquel que no la tiene.

En la enorme mayoría de los pacientes, cerca del 95% según mi experiencia, la IIC, logra una buena respuesta.

De cada uno de nosotros, depende el tipo de calidad de vida que pretendamos.

domingo, 21 de noviembre de 2010

LA CONSULTA CON EL MEDICO SEXOLOGO

Con gran frecuencia la gente quiere conocer en qué consiste el trabajo de un medico especializado en sexología, en mi caso, específicamente masculina.

Una consulta médica sexologíca en poco difiere de una consulta de cualquier otra especialidad.

Hoy en día se sabe que la gran mayoría de las disfunciones de la erección, tienen un sustrato orgánico. Hace 10 o 15 años atrás, todo se consideraba que era de causa sicológica.

Esto hace que la medicina se vea obligada a capacitarse cada vez más en los problemas de salud que desembocan en una disfunción eréctil.

La ficha patronímica nos aportas datos como la edad, el estado civil y el tipo de trabajo que el paciente realiza o ha realizado si se jubilo. Los antecedentes laborales son muy importantes dado que pueden implicar trabajos de fuerza, trabajos con tóxicos, tareas estresantes, etc.

El paciente que llega a mi consultorio por este cuadro, será interrogado en profundidad acerca de; que tan severo es el trastorno, cuanto lleva de evolución, tiene la capacidad actualmente de penetrar o no. Si lo logra, esa erección se mantiene, cae o mejora, existen las erecciones de la mañana o se han perdido. Si se intenta la masturbación, logra cierto grado de erección, la eyaculación, es más rápida que antes, es igual o se ha retardado o incluso no se logra, el deseo sexual sigue estando presente o se ha notado una disminución del mismo.

Es importante saber diferenciar por parte del médico cuando un paciente nos habla de que tiene menos deseo sexual si eso se puede deber a una disminución hormonal o ser consecuencia del excesivo temor a fracasar que hace que no se quiera pensar en el sexo.

Si no se tiene en claro esa diferencia se cae en la tentación de indicar hormonoterapia a pacientes que no la requieren, cosa que vemos con altísima frecuencia. Lamentablemente esto también tiene un trasfondo económico pues muchas veces el interés monetario supera al interés científico.

Saber qué tipo de vínculo de pareja existe y como es esa relación tanto en general como en lo sexual es imprescindible.

Los antecedentes, tanto médicos como quirúrgicos así como conocer a fondo la medicación que se está consumiendo en forma crónica, son indispensables para orientarme a un pronóstico lo más acertado posible.

Muchas veces, no existe ningún antecedente patológico por lo menos conocido y eso a veces desorienta muchísimo al paciente quien me dice que es completamente sano.

La disfunción eréctil, por si sola puede ser una enfermedad o ser el indicio que nos oriente a buscar una enfermedad desconocida. Esto último, debe quedar bien claro a todos aquellos que me consulten.

Siempre me interesa saber si el paciente ya ha consultado anteriormente por el problema y si hizo o no algún tipo de tratamiento previamente y que resultado ha tenido.

Habitualmente el paciente que llega a mi consulta lo hace luego de múltiples fracasos terapéuticos. Si bien, nunca me dedique a realizar milagros, es una pena que se pierda la oportunidad de consultar seriamente y se pueda esperar una respuesta sincera.

El examen físico es una parte de la consulta que no se debería obviar como suele suceder en el mutualismo. Registrar la presión arterial es un gesto mínimo pero imprescindible.

La auscultación cardiaca y buscar por palpación tanto los pulsos periféricos como los pulsos penianos nos aporta valiosísimos datos pronósticos.

La palpación abdominal buscando el estado anatómico de hígado y riñones, son elementos que no deben faltar en un correcto examen semiológico.

El aspecto físico general de un paciente orienta al médico en la sospecha de infinidad de enfermedades. Nuestros ojos y nuestras manos son herramientas indispensables y tan importantes como el saber preguntar y sobre todo el saber escuchar a una persona que llega con un problema que lo afecta a él y a su pareja, que lo angustia y lo averguenza pues toca un área muy sensible en la vida de un hombre.

Por último creo que aquel que necesite consultar debe saber que las posibilidades de lograr una mejoría siempre están presentes pero que no depende solo del médico. Todos deben comprometerse en el esfuerzo de mejorar, de lo contrario, no se justifica consultar.

LA DEMORA EN LA CONSULTA POR DISFUNCION ERECTIL

Si bien los problemas de la erección son extremadamente frecuentes, es muy difícil de encontrarnos con un paciente que consulta enseguida de comenzar con el problema, lo cual, como es lógico, sería lo mejor.

El paciente que llega a mi consultorio, lo hace en muchas ocasiones luego de haber dejado pasar 4, 5, o más años.

¿Porque sucede esto?

Una de las razones que las propias personas argumentan, es la vergüenza. Uno, como médico, supone que la vergüenza es algo que no debería influir en lo que es la calidad de vida de los seres humanos, sin embargo es mucho más frecuente de lo que podemos creer.

Se, lógicamente que los varones no vienen a verme por un dolor de rodilla lo cual no avergüenza a nadie.

Seria sí, lo ideal que todos reconozcamos que la disfunción eréctil es muy frecuentemente un síntoma de una enfermedad que nos aqueja y por ende, buscar una pronta solución, entra dentro de lo que es la medicina preventiva.

Sucede a menudo que algún paciente que pide una consulta, especifica que no quiere cruzarse con nadie en el consultorio y el nerviosismo que traen consigo ni siquiera les permite desarrollar las respuestas que yo debo conocer de mi interrogatorio.

Otras veces, es la esperanza de que el problema se resuelva solo con el paso del tiempo lo que hace que las personas o no consulten o lo hagan muy tarde, ya que como muchos me dicen, “a mí nunca me había pasado algo así”. Pensaran, “se pasara solo”.

El haber tenido toda la vida una sexualidad adecuada, no nos garantiza que siempre podamos seguir actuando de la forma que queremos.

Las enfermedades que nos aquejan tienen siempre un inicio con una determinada presentación, sea esta clínica o de laboratorio.

Como yo suelo explicarle a los pacientes, muchísimas veces, en general, en la mayoría de los casos, la disfunción eréctil es secundaria a alguna enfermedad que genere riesgo vascular, como la diabetes. Otras veces, la disfunción eréctil es de por si la enfermedad misma y no existe una causa demostrable que este en la base de ese padecimiento.

Otras tantas veces, la consulta tardía se debe a que hay varones a los cuales mayormente no les interesa tener una mejoría dado que la sexualidad con su pareja no lo estimula por la razón que sea. Si por alguna razón hay un cambio de pareja, ahí es donde se cae la estantería y es cuando se busca ayuda. A veces tarde.

En múltiples ocasiones, es la pareja la que presiona de alguna manera para que su consorte consulte. Eso lleva también a que el paciente viva esa consulta como una obligación en contra de su voluntad, cosa no buena. En ese caso el varón ve afectada su hombría, no solo ante su pareja sino también ante un total desconocido como soy yo en este caso. Por esta última razón, es que con frecuencia no se aportan los elementos necesarios para un diagnostico pues hay reticencia a desenmascarar lo que sucede realmente.

Se perfectamente lo difícil que es concurrir a una consulta de este tipo. Tan es así que se nota el nerviosismo de ese primer encuentro con un medico que va a tratar de inmiscuirse en lo que más nos duele a los hombres, nuestro orgullo viril.

Pero debe aprender a razonarse que los tan frecuentes problemas de la erección, no llegan a nosotros por obra de ninguna maldición, ligadura o celos de las parejas. Se instala en aquel que puede recibirla, no en el que quiere. Esto es, no sufrimos de esta patología porque queramos sino porque tenemos una dificultad que le permite, a la perdida de la erección, hacernos una víctima más de alta frecuencia.

Cuando un paciente se va luego de haber realizado esa primera consulta, yo le explico que ya ha hecho el 50% de lo que necesita para mejorar.

El resto es en parte mi responsabilidad y en parte, su responsabilidad.

Para terminar me quedo con lo me dijo un paciente de 53 años de edad:

“yo tengo vergüenza, pero, ¿qué hago, me pongo a llorar y así lo arreglo?”

miércoles, 27 de octubre de 2010

OBESIDAD Y SEXUALIDAD

La obesidad, nos interesa particularmente por su alta frecuencia y por las consecuencias que tiene sobre la sexualidad pero también, sobre la calidad de vida de las personas.

Es un factor de riesgo vascular, conduce a la diabetes, hipertensión arterial, dislipemias, insuficiencia cardíaca, respiratoria y serios trastornos del aparato locomotor.

La obesidad es simplemente el resultado de una ecuación; si consumimos más energía de la que gastamos, engordamos pues ese exceso de energía se almacena en el tejido adiposo en forma de grasa.

El origen de la obesidad es doble: por un lado, es genética (70%) que tiene mucho que ver con la obesidad mórbida. Por otro lado, su origen puede ser ambiental como consecuencia de la alimentación y el sedentarismo.

El grado de obesidad se calcula por el índice de masa corporal, el cual es el resultado de dividir el peso sobre el cuadrado de la altura.

Si pesamos 75 kg y medimos 1.80 metros, la ecuación sería 1.80 x 1.80 dividido 75, eso nos da un valor el cual, según la Organización Mundial de la Salud, es normal entre 18,5 y 24,9.

Si el valor va de 25 a 29,9, se considera como preobeso.

A partir de ahí tenemos:

Obeso clase I cuando el valor es de 30 a 34,9

Obeso clase II cuando el valor es de 35 a 39,9

Obeso clase III cuando el valor es mayor de 40

La obesidad puede llegar a influir tanto física como psíquicamente, sobre la sexualidad.

Favorece la discriminación, el autoaislamiento y la baja autoestima.

Durante la adolescencia, la joven obesa sufre más que el varón obeso. De ahí es que nos interesa que los padres de niños obesos tomen cartas en el asunto desde temprano.

El niño obeso, frecuentemente sufre del complejo del pene pequeño debido a que los muslos y pliegues suprapúbicos lo ocultan.

La dificultad del obeso en visualizar sus genitales, conducen a la desexualización.

La depresión es más frecuente que en la población general.

Los trastornos del esquema corporal, las mayores limitaciones en el vestido y el verse limitado también en actividades deportivas, genera sentimientos de inferioridad.

En la mujer obesa, en general la primera relación sexual es poco placentera, las posturas coitales son más difíciles de adoptar y el orgasmo es menos frecuente, sólo del 50%.

La disminución del deseo sexual es más frecuente en la mujer obesa.

En lo físico, una serie de enfermedades que acompañan a la obesidad, repercuten desfavorablemente en la vida sexual de los obesos.

Encontramos entonces, tanto en hombres como en mujeres:

Insuficiencia cardiaca congestiva e hipertensión arterial.

Insuficiencia respiratoria restrictiva con disminución de la ventilación y de la oxigenación.

Tanto las afecciones cardiacas como respiratorias afectan la sexualidad ya que limitan toda forma de ejercicio físico y pensemos que el coito, exige un cierto grado de esfuerzo.

Como vimos anteriormente, la obesidad genera frecuentemente diabetes, por ende, la vasculopatía que sigue a su evolución cuando los controles no son los adecuados, genera mayores problemas tanto en el varón como en la mujer, específicamente sobre la fase de excitación, erección y lubricación, respectivamente.

Ciertas afecciones endocrinas secundarias al aumento excesivo de peso, dan por consecuencia una alteración de las hormonas sexuales con repercusión sobre la respuesta sexual.

La repercusión que la obesidad tiene sobre el sistema osteoarticular, puede generar con el tiempo, artrosis de grandes articulaciones.

La artrosis de cadera y de rodilla, genera limitaciones de los movimientos en la vida diaria y en el desarrollo de la sexualidad.

Cuando un paciente se ve obligado a recibir una prótesis de una de estas articulaciones, se generan mayores dificultades ya que se debe limitar los arcos de movimiento lo que limita las posturas coitales, sobretodo en la prótesis de cadera.

En definitiva, si bien todos sabemos que estar obesos no es saludable, muchas veces nos abandonamos y vamos entrando en un círculo vicioso de falta de actividad física, aumento de la ingesta por ansiedad o simplemente por aburrimiento, limitación en la búsqueda de los placeres que nos brinda la vida, y lo que es peor, el conformismo con esa situación.

Salir de ese círculo, es posible pero muchas veces, no se puede lograr sin ayuda.

viernes, 2 de abril de 2010

CASO CLINICO

DISFUNCIÓN ERÉCTIL ASOCIADO A DESEO SEXUAL HIPOACTIVO.

L: 64 años, casado, jubilado bancario, vive con su esposa en Montevideo. Tiene una hija y dos nietos varones.

Motivo de consulta:

Dificultad para lograr la penetración.

Enfermedad Actual:

El paciente fue derivado por su psicóloga tratante debido a que desde hace 15 años no logra una penetración ni siquiera parcial ni ayudado con la mano.

En aquella época fue visto por Endocrinólogo y ya en ese momento le recomendó la colocación de una prótesis peneana, cosa que al paciente le afectó mucho.

A los 52 años fue sometido a un by pass coronario y aún hoy sigue realizando gimnasia de rehabilitación cardíaca.

Nos refiere que incluso fracasó sexualmente en su noche de bodas, aunque posteriormente no hubo problemas.

Su esposa desarrolló un delirio paranoico hace algunos meses atrás, en donde lo acusaba a él de engañarla reiteradamente. Todo ello provocó una crisis matrimonial que desembocó en múltiples consultas con Psiquiatra y Psicólogo.

Carece de erecciones espontáneas desde hace años, y el deseo sexual está extremadamente bajo.

Nunca mantuvo relaciones extramaritales.

Dice ser muy ansioso, obsesivo e hipocondríaco, entrando en minuciosos detalles sobre sus patologías y exámenes realizados.

Actualmente está medicado con: Floxet, uno por día; Aceprax, uno por día; AAS; Atenolan y Vasotenal.

Antecedentes Personales:

Ex fumador intenso y actualmente alcoholista moderado. Trastornos de lípidos sanguíneos además de los ya mencionados antecedentes coronarios y psiquiátricos por los que está medicado.

Examen Físico:

Desde el punto de vista genital, no existe ningún elemento patológico a destacar.

Diagnóstico Primario:

Disfunción eréctil asociada a deseo sexual hipoactivo.

Estudios Complementarios:

Se la solicitaron los exámenes hormonales ( testosterona libre y prolactina) así como el PSA que mostraron valores normales.

La valoración de los lípidos sanguíneos, mostró un perfil dislipémico con un coeficiente Col/Hdl 20% por encima de lo normal.

Realizamos en nuestro consultorio un test de erección fármaco inducida con estímulo visual mediante la inyección intracavernosa de trimix ( PGE1 + papaverina + fentolamina) 0,5ml, obteniéndose una erección con muy escasa capacidad de penetración durante 25 minutos.

Diagnostico positivo:

Basándonos en los elementos aportados por la anamnesis y los estudios complementarios, pensamos que estamos en presencia de una disfunción eréctil de causa esencialmente orgánica asociada a un deseo sexual hipoactivo de causa mixta.

Diagnóstico etiológico:

Creemos que el problema de base en lo referente a la disfunción eréctil, se debe a una insuficiencia arterial en la irrigación de los cuerpos cavernosos peneanos, considerando el terreno vascular del paciente. A ello, se agrega la medicación que Lorenzo recibe, tanto para el tratamiento de su patología psiquiátrica como así también de su hipertensión y dislipemias.

En lo referente al deseo sexual hipoactivo, creo que se combinan factores psicológicos y orgánicos que analizaremos en los comentarios finales.

Plan terapéutico:

1) Terapia sexual-

2) Tratamiento farmacológico-

1) Considero importante la Terapia Sexual principalmente para mejorar su deseo. Es así que indico la focalización sensorial en sus diferentes fases haciendo hincapié en el uso continuo de las fantasías eróticas.

Buscamos que aprenda a concentrarse en aquellas situaciones que más lo exciten y han excitado en el pasado de manera de elevar su alicaído deseo sexual. Los ejercicios sexuales terapéuticos, quizás muchos de ellos modificados de acuerdo con la psicología de Lorenzo, sabemos que van a ser de invalorable ayuda.

2) El tratamiento farmacológico lo comenzamos con inyecciones intracavernosas de trimix de prostaglandina, papaverina y fentolamina procurando que el paciente mantenga relaciones sexuales luego de ellas.

Analizamos la posibilidad del uso del Sildenafil, para lo cual pedimos una consulta con su Cardiólogo tratante, quién lo autorizo.

Se planteo de futuro la posibilidad de que Lorenzo entre en protocolo de auto aplicaciones, basándonos en los 15 años de evolución de su disfunción.

Evolución:

Comenzamos el tratamiento mediante la administración de las inyecciones intracavernosas con el trimix antes dicho y la indicación de intentar la penetración inmediatamente.

Fuera del día del tratamiento buscamos poner en práctica las fases del placereado.

En la primera sesión, luego de realizado el tratamiento en el consultorio, nos cuenta que logró penetrar luego de 15 años pero con una erección pobre y con aneyaculación. No intento masturbarse luego.

Le cuesta concentrarse adecuadamente a fin de elaborar fantasías que le permitan mejorar su deseo sexual.

Su pareja, Neri, que ha superado su delirio paranoico, persiste con medicación psiquiátrica y nos dice el paciente, que una vez que apoya su cabeza en la almohada, se duerme inmediatamente. Su mejor horario para mantener relaciones sexuales, es, entre las 16 y las 18 horas.

En sucesivas sesiones, se va aumentando las dosis de las inyecciones intracavernosas con el fin de lograr mayor respuesta eréctil.

Persiste la dificultad para la eyaculación. El paciente nos dice que le cuesta entregarse y que prefiere complacer a su señora, ya que si por él fuera, jamás tendría relaciones sexuales. Insisto en los ejercicios del placereado, en el manejo de las fantasías, en la concentración en ellas y en recuerdos que lo estimulen eróticamente. Dice Lorenzo “nunca me pude concentrar en nada ni siquiera cuando iba al liceo”

En otra sesión terapéutica, le indicamos que tomara con todas las recomendaciones necesarias, el Sildenafil de 50mg, el cual no le produjo ningún efecto benéfico. Aumentamos a 100mg pero sucedió lo mismo. Buscamos luego la combinación de la inyección intracavernosa con el Sildenafil de 50mg, con lo que mejoró la respuesta eréctil aunque en pocas semanas debimos aumentar la dosis a 100mg con poca diferencia con respecto a la anterior.

Durante todo el proceso terapéutico, el paciente continúa bajo el control de su psicóloga y psiquiatra tratante quién ha catalogado el cuadro como el de una depresión.

Semana a semana, fue necesario aumentar la dosis de la medicación intracavernosa, hasta llegar a la que permitiera la penetración, aunque siempre combinado con el Sildenafil de 50mg y con algunas dificultades.

En una oportunidad, le planteamos la posibilidad de adiestrarlo en las auto aplicaciones, como forma de liberarlo de las visitas al consultorio, a lo que Lorenzo nos respondió con mucha lógica “si Ud. me da la aplicación, yo la voy a tener en la mesa de luz pero nunca voy a tener el deseo de usarla, si yo no vengo acá, no tendría más relaciones sexuales”.

Una cosa a favor del paciente, es que cumple a rajatabla con mis indicaciones y las de los otros colegas. Recordemos que es obsesivo e hipocondríaco, cosa que favorece ese comportamiento.

En la actualidad, nuestro tratamiento se basa en la visita al consultorio 1 a 2 veces por mes, para realizar la inyección intracavernosa asociada al Sildenafil de 50mg, más la insistencia de las diferentes fases de la focalización sensorial a fin de trabajar sobre su deseo sexual hipoactivo.

Pronóstico:

No es bueno en lo referente a lograr una respuesta sexual adecuada e independiente de cualquier tratamiento. Creo real la necesidad en un futuro de un implante de prótesis peneana, cosa que deberemos tratar exhaustivamente con Lorenzo y su Sra.

Comentarios:

Nuestro paciente es portador de una disfunción eréctil y un deseo sexual hipoactivo secundarios. La existencia de un período de normalidad previa en ambos componentes de la respuesta sexual, así lo establecen.

El DSM IV refiriéndose al deseo sexual hipoactivo, dice que es la disminución o ausencia de fantasías y deseos de actividad sexual de forma persistente o recurrente.

Según Flores Colombino, el deseo sexual hipoactivo, abarca todo trastorno del deseo sin considerar causa sino intensidad.

Kaplan, considera al deseo sexual hipoactivo, la más difundida de las disfunciones sexuales pero con bajo porcentaje de diagnóstico.

Basándonos en el DSM IV, podemos afinar más en el cuadro de Lorenzo en relación a su disfunción del deseo y decimos que en él, es un proceso adquirido (o sea secundario),

general (se presenta en todas las situaciones), y debido a factores combinados.

La Disfunción Eréctil según el DSM IV es la incapacidad persistente o recurrente para obtener o mantener una erección adecuada hasta el final del acto sexual.

En el caso de Lorenzo es adquirida (o sea secundaria) general (o sea en todas las situaciones) y debido a factores combinados (ya que siendo esencialmente de causa orgánica los elementos psicogénicos siempre están presentes, y en este paciente más aún)

Causas:

Dentro de las causas orgánicas del Deseo Sexual Hipoactivo tenemos elementos tales como su depresión y las drogas que recibe para ello y para el tratamiento de su hipertensión (fluoxetina y atenolan respectivamente)

Dentro de las causas psicológicas, hago mención a sus pensamientos negativos, no solo en lo referente al sexo, sino que también existen pensamientos negativos y grises sobre todos los órdenes de su vida y su entorno.

Se puede pensar además que en el desarrollo del delirio paranoico de su esposa, haya desencadenado como causa psicógena e inmediata una cierta hostilidad hacia ella.

Con respecto a la Disfunción Eréctil, también se asocian elementos orgánicos tales como los vasculares con un importante antecedente patológico, que es su coronariopatía revascularizada, sus antecedentes de tabaquismo intenso, dislipemias, a lo que se agrega la medicación que recibe para el tratamiento de éstas patologías, Atenolan betabloqueante con efectos deletéreos sobre la erección y la sexualidad; Vasotenal(sinvastatina) para el tratamiento de las dislipemias que aunque con relativo poco efecto sobre la erección, se suma a todos los demás factores; Fluoxetina (inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina) con influencia sobre todas las fases de la respuesta sexual; Aceprax (alprazolan) ansiolítico que también puede afectar la potencia sexual del varón.

Son varios los elementos que desde una óptica psicológica influyen en nuestro paciente, ansiedad, depresión, obsesividad y exigencia por complacer a la pareja a pesar de la falta de deseo sexual.

Resumen:

Paciente de 64 años, casado, con antecedentes de ex tabaquismo intenso, coronariopatía, dislipemia e hipertensión asociada a un cuadro depresivo, que consulta por Disfunción Eréctil más deseo sexual hipoactivo de 15 años de evolución. Hacemos un diagnóstico de patología mixta, orgánico-psicológica y tratamos al paciente con terapia sexual, medicación intracavernosa y Sildenafil manteniéndose estable en cuanto a su respuesta sexual.

Bibliografía:

Flores Colombino, A.: Disfunciones y terapias sexuales del 2000, A&M, Montevideo,

2000.

Flores Colombino, A.: Revisión histórica de los trastornos sexuales en psiquiatría.

Trastornos sexuales del varón inducidos por sustancias.

Ponencia. VII Congreso Uruguayo de Psiquiatría, Punta del Este,

13-15 de Abril, 2000.

Mazza, O. N., Zéller, F. L.: Tratamiento farmacológico de la disfunción eréctil, Médica

Panamericana, Buenos Aires, 1997.

Kaplan, H. S.: La nueva terapia sexual, 2 t., Alianza, Madrid, 1978.

Masters, W. H., Johnson, V. E, Kolodny, R. C.: Eros. Los mundos de la sexualidad,

Grijalbo, Barcelona, 1996.