miércoles, 31 de marzo de 2010

LA MASTURBACION. UNA PRACTICA NORMAL.

Definición:

Es la estimulación efectuada por uno mismo sobre sus órganos genitales o zonas erógenas, con el fin de obtener placer u orgasmo mediante los más diversos procedimientos.

Antiguamente, se daba por sentado de que era exclusiva de los varones, sin embargo, los distintos trabajos realizados en materia de sexualidad, han demostrado la alta frecuencia de la masturbación en el sexo femenino.

También se la consideraba, a la masturbación como una enfermedad y debía curársele. A los niños se les hacía dormir con pijamas de mangas cerradas, o atadas por detrás e incluso con sábanas mojadas para “enfriar el deseo”.

La iglesia, consideraba a la masturbación como un pecado, por verter la simiente, lo que recuerda la desobediencia de Onan. De ahí es que nace el nombre de onanismo con el cual también se conoce a la masturbación.

Si realmente, ésta práctica fuera un pecado, el paraíso bíblico sería un privilegio para los mancos bilaterales. C. R.

Esta forma normal de autoerotismo, ha sido atacada por sus detractores diciendo que causaba enfermedades, debilidad general e incluso, eyaculación precoz.

Nada de esto es cierto y debe considerarse a la masturbación como una práctica necesaria y normal, mientras no se prefiera exclusivamente y se transforme en la única práctica sexual en un individuo en edad de poder ejercer otras actividades sexuales.

Antes de la pubertad, el niño habitualmente toca sus genitales en forma exploratoria y ello lleva a que perciba placer, pero no significa que lo haga como forma de actividad o excitación sexual. A esta edad, carece de fantasías y de deseos sexuales.

Los padres muchas veces descubren a sus hijos durante ésta exploración. La actitud de esos padres y como se comporten es importante ya que puede marcar el futuro sexual de ese infante.

En la pubertad y la adolescencia, la masturbación como forma de descarga sexual, es parte del desarrollo de todo individuo.

La falta de una pareja sexual lleva a que él o la joven deba satisfacer sus necesidades a través del autoerotismo.

Esto, de ninguna manera implica que desaparezca una vez lograda esa unión, estable, o no, ya que de todas formas, la masturbación se mantiene a lo largo de la vida.

Cuando realizamos el interrogatorio, en el caso del varón que nos consulta por una disfunción eréctil, es necesario conocer si se masturba o no, que tipo de erección logra con ella, que tipo de estímulo sexual utiliza (fantasías, películas, fotos) con que frecuencia lo hace, si logra eyacular o no, etc..

Muchas veces, al ser interrogado, ese paciente niega rotundamente esa práctica, es más algunas veces se ofende ante la pregunta. Lo consideran un tabú, un pecado, o cosa de niños.

Algunas veces se lo niega simplemente porque se considera anormal y da vergüenza reconocerlo.

La masturbación es un excelente ejercicio sexual tanto en la mujer como en el hombre.

Mantiene el buen estado de los tejidos involucrados en la sexualidad, mantiene el deseo vigente, la vascularidad peneana, la vascularidad del piso pelviano femenino y favorece la producción de testosterona.

En el tratamiento de prácticamente todas las disfunciones sexuales, recomendamos al paciente que practique la masturbación.

Ello no requiere el llegar al orgasmo. Dependerá de que es lo que buscamos con este acto de autoerotismo.

Pero, veamos bien, lo que he dicho, recomendamos, significa que no indicamos ni obligamos.

Esto es importante mencionarlo, ya que a muchas personas, sus convicciones, religión, costumbres morales o ética personal, les impide realizar este acto y ello debe ser comprendido por el profesional, puesto que ningún acto o ejercicio sexual, debe in en contra de las creencias personales.

Dr. Carlos Russo.

Sapetti, A.: El sexo y el varón de hoy, Emecé Editores, Bs. As. , 2001.

Flores Colombino, A.: Diccionario de Sexología, Grupo Editor – Fin de siglo, Montevideo, 1997.

Roberts, A., Padgett – Yawn, B.: Amor y Sexo, Ed. Blume, Barcelona, 1999.

No hay comentarios:

Publicar un comentario