miércoles, 31 de marzo de 2010

El tabaquismo y la sexualidad

El consumo en exceso de cualquier sustancia tóxica, invariablemente, produce alteraciones de la salud del ser humano.

El tabaco no escapa a la regla, por más social que parezca o por más difundido que esté su consumo a nivel de la población de ambos sexos.

En materia sexual, las alteraciones vasculares secundarias al tabaquismo, van en desmedro del comportamiento adecuado a la hora de hacer el amor.

Los médicos, independientemente de nuestra condición o no de fumadores, debemos inculcar en nuestros pacientes, el abandono de este perjudicial hábito.

En los EE.UU., los estudios han demostrado que 5 minutos de consejo médico adecuado, permite que entre un 3 y un 5 % de los fumadores, abandonen el hábito.

Ahora bien, si ese consejo se acompaña de un tenaz seguimiento médico, asociado, a tratamiento farmacológico adecuado, el porcentaje de abandono puede llegar al 25 % de los fumadores.

¿Por qué nos interesa el tabaquismo en la sexualidad?

Primero que nada, digamos que son un número importante de sustancias toxicas, las que se producen por la quema del tabaco y que se inhalan en cada bocanada o sea, no sólo debemos considerar a la nicotina.

Estas sustancias aumentan tras el consumo excesivo diario, asociado a los largos años de su influencia, el riesgo de padecer entre otras patologías:

Infarto agudo de miocardio (infarto cardíaco), ataques cerebro vasculares (hemiplejías), deterioro progresivo de la función respiratoria, cáncer de pulmón, otros tipos de cáncer (lengua, laringe, vejiga, esófago, estómago, entre otros), enfermedad pulmonar obstructiva crónica, etc.

En un renglón aparte, dejamos y discutimos más adelante el deterioro vascular que genera el tabaco.

Ahora bien, imaginemos, como sería nuestra vida sexual, nuestro momento de íntima relación amorosa, con un corazón limitado a latir, con un brazo y una pierna que no se quieren mover, con un pulmón que no nos admite una nueva inspiración de aire y para peor, con un pene que no quiere intervenir.

Desde los albores del siglo XX, ya se conocía el efecto del tabaquismo en la erección. También se sabía que el abandono del hábito de por sí, era efectivo para mejorar la función eréctil.

¿Cómo actúan sus tóxicos?

La nicotina, es un alcaloide natural y el más importante componente farmacológico del tabaco.

Es muy variable su porcentaje, lo que depende del tipo de producto. El humo de un cigarrillo promedio, puede producir entre 6 y 8 mg de nicotina y el de un puro, entre 15 y 40 mg.

Parte de ello se inhala y parte de ello se expande en el ambiente de ahí que el llamado fumador pasivo también se ve sometido a sus efectos deletéreos.

Para entender más claramente, que es lo que pasa en el pene, de un fumador, debemos entender que tenemos en el pene y porque es vulnerable.

El pene (nuestro órgano eréctil) en su conformación anatómica, presenta dos estructuras llamadas cuerpos cavernosos dispuestos como si fueran los caños de una escopeta, y que son las verdaderas estructuras eréctiles. A ellos llega la arteria cavernosa, (una para cada cuerpo cavernoso) y que es la encargada de llevar la sangre oxigenada a estas estructuras.

La arteria cavernosa, sufre múltiples divisiones que determinan la formación de estructuras vasculares cada vez más pequeñas hasta llegar a conformar una red de llamados sinusoides y cuyos espacios libres están totalmente comunicados entre sí en todo el cuerpo cavernoso y a su vez, a través de otras arterias, también con el cuerpo cavernoso vecino.

Todo ese espacio entre los sinusoides, se halla permanentemente bañado por sangre arterial (esto es sangre oxigenada) lo cual determina la nutrición de todos estos tejidos.

Una vez que la sangre arterial cumple el cometido de liberar el oxígeno deberá salir del pene para recomenzar su eterno ciclo.

Este viaje de retorno, se realiza a través del sistema venoso.

La erección en último término, se produce por la llegada a presión de la sangre arterial y el bloqueo de su salida por el sistema venoso, mecanismo llamado, éste último, de veno-oclusión o corporo-oclusivo.

Está demostrado por investigaciones, que la nicotina, tiene efecto perjudicial en ambos sistemas, arterial y venoso, disminuyendo el flujo de sangre oxigenada y disminuyendo el cierre del sistema venoso durante la erección.

Estos daños, están en relación directa con el grado de consumo de tabaco, a mayor consumo mayor daño.

La buena noticia, es que todos estos daños secundarios al consumo de nicotina, son reversibles una vez que el consumo desaparece, aunque no de manera inmediata. Tardan años en mejorar la mayoría de los sistemas pero ello no sólo no impide que se abandone el hábito sino que, por el contrario, nos debe convencer de hacerlo pronto.

Actualmente, existen tratamientos médicos que permiten un descenso de los niveles de ansiedad que genera la falta de cigarrillo, cuando el paciente lo abandona. En algunos casos, la adición de nicotina por otra vía (chicle, parches) contribuye a evitar el síndrome de abstinencia.

Mi consejo final, es que deje de fumar, mañana puede ser un buen día par dejar el cigarrillo, pero hoy, es el día ideal.

Dr. Carlos Russo Fiorentin

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